Este es un tema del que nadie ha hablado aún, lo cuál puede hacer que mi punto de vista sea una locura o bien me convierta en un visionario, en el tiempo se verá.
El Mercado Común del Sur, está compuesto por cuatro países, a saber, Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, el espíritu del mismo es el libre intercambio de bienes y servicios, sin gravámenes que impidan el comercio.
Pero, siempre existieron diferencias de criterios y actualmente empiezan a tomar cada vez más relevancia entre los dos países más importante del bloque y de los más pequeños para con ambos.
Brasil, se ha ido encolumnando en estos años en una línea de economía más abierta, con promoción de las exportaciones y de la captación de nuevas inversiones. Además de esto, el país realizó inversiones en bienes de capital perdurables y redituables, como es el caso de Petrobras, que ha crecido exponencialmente en el último año, debido a las investigaciones y hallazgos de nuevos pozos petrolíferos. Por ello, según su Presidente, el uno de los pocos países que no está en riesgo de recesión, aunque sí se verifica una desaceleración en el crecimiento.
Por otro lado, políticamente también se verifica esta posición, ya que desde el principio, el presidente Lula Da Silva es el mandatorio que más relación ha tenido con Obama, de hecho, este último fue al primer par de América Latina que llamó al asumir; reconociendo en ese momento, según los especialistas en el tema el liderazgo de Brasil en la zona.
En cuanto a la Argentina, económicamente hablando, el país se encuentra en stand by, es decir, al igual que Brasil, se está verificando una desaceleración, pero tenemos un riesgo mayor ya que como país, no se realizaron inversiones con el superávit logrado en este último tiempo, sino que se fue gastando en planes de desempleo y otros gastos sin retorno económico (evitaré un juicio de valor) entonces, ante estas circunstancias se lanzaron medidas tendientes a mantener el nivel de consumo, pero no se logró el efecto buscado. De ahí en más, el riesgo de estanflación es cada vez superior.
Políticamente nuestra mandataria se ha aliado fundamentalmente con Venezuela y Cuba que es de público conocimiento el distanciamiento entre esos y los Estados Unidos, que guste o no, sigue siendo el país más importante del mundo. Retomando, tal es la unión argentina con estos países caribeños que el día de asunción de Obama, nuestra Presidente se encontraba en Venezuela criticando el bloqueo a Cuba, esto sin duda resintió en la relación personal entre nuestra representante y el norteamericano.
A todo esto hay que sumar que si bien estamos insertos en un “mercado común”, “libre de restricciones al comercio”, aunque no hay aranceles existen varias trabas a la importación por parte de ambos países.
Varios sectores brasileros deberán cumplir una licencia previa para a la importación, entre otras se encuentran la industria automotriz, autopartes, molienda de trigo, siderúrgica y cobre, que representan el 70% de las exportaciones Argentinas a este país.
Nosotros tenemos desde hace ya un tiempo el mismo sistema de licencias no automáticas de importación para productos textiles, electrónicos, línea blanca, entre otros, pero con el agravante de atentar directamente contra el Mercosur, ya que esta medida restrictiva es exclusivamente a productos brasileños (quienes no se opondrían si la restricción fuera para productos de todos los orígenes).
Según los brasileros, Argentina esta llevando a cabo políticas proteccionistas para con las importaciones provenientes de este país, al punto de evaluar la posibilidad de denunciarla ante la Organización Mundial de Comercio (OMC).
Ante estos inconvenientes, los otros dos países integrantes quienes se ven perjudicados por las “pequeñas confrontaciones” no disimulan su disconformidad.
Las crisis de siempre traen roces entre los miembros de cualquier grupo (desde una pareja, un equipo de fútbol hasta un grupo económico o un bloque) y no es de extrañarse estos golpes, pero es una prueba de fuego para los cuatro países (o cinco, si ya contamos a Venezuela). No considero que estos entredichos desemboquen en una disolución del Mercado Común, pero seguro que no le sirve a nadie y que retrasa aún más el crecimiento del bloque.
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Hace 15 años